Según el testimonio de las víctimas, la sodomización tiene su puntito, pero lo que no soportan son los berridos de dicho sádico. El colegio de orejólogos se está planteando darle asilo político.
15 de abril
Capítulo 10 : La versión de Halfgan
El movimiento era leve, previamente meditado, no precisaba tanta fuerza como habilidad. Miraba sus tersos poros tan blancos como el resto. Sin pensarlo más apuré una última y más fuerte acometida que llenándome de gozo y de esa sensación tan dulce y deliciosa del deber cumplido despertó una sonrisa en mi acompañante sabedora de que estaba en compañía de un experto que no se permitía fallar en tales delicados momentos. Esa mañana estaba pletórico, la había metido sin ningún problema cada vez que se me había presentado la ocasión y como resultado había escalado hasta el segundo puesto en la clasificación del torneo de golf. Sin embargo el tortuoso azote del calor de esos días disminuían notablemente mi satisfacción a la vez que aumentaban la líbido de mi caddie, una pelirroja exuberante, no demasiada alta y con un extraño y dudoso gusto en el vestir que la hacía lucir un pantaloncito blanco, que nada tenía que envidiar a los más diminutos culés, conjuntado con un top rosado pálido que a mi siempre me recordaba a los viejos cuentos de los 3 cerditos de mi infancia (cosas de la mala influencia Disney). Siempre odié a ese presuntuoso de Ralph Lauren. A pesar de las insunuaciones de la chica y sus continuos devaneos en pos de alcanzar mi áureo cetro, mi conciencia del deber me obligó a tomar una ducha helada relajadora de instintos para más tarde poder acudir a mi almuerzo en el restaurante del campo de golf allí en las instalaciones deportivas del club.
Puntual como un viejo rolex me aguardaba sentado en nuestra mesa preferida el picarón de chake cuyo dudoso gusto por la mayonesa nunca disminuyó mi acostumbrado apetito. Que extraño me sentía, chake perdía su mirada en el vino, toscos gestos, una vana conversación muy distante de aquellas sesudas divagaciones sobre la levedad del ser que tan indigestas se me antojaban para la hora de la comida. No le di demasiada importancia, o al menos no tanta como a esa molesta costumbre de muchas personas de contestar al teléfono mientras saboreo mi deliciosa y yodada ostra con azafrán y cítricos. ¡Y ni siquiera tuvo la decencia de decirme el porqué de su impertinencia!. En cambio, parecía compungido, algo extraño le ocurría a esa amalgama de hombre y comedor de hamburguesas, falso gourmet de Mcdonald. Tras los postres partidas al billar y conversación acerca de nuevo libro que se me pareció más a un monólogo que a un a conversación pues el compañero se mantenía en su tónica del día.
No fue hasta bien entrada la noche que sonó mi teléfono con ese tono que anunciaba la llamada de scooby por línea secretísima y urgente. Sabía lo que me tocaba, por lo urgente necesitaría el porsche a pesar de su tosquedad y basto acabado tan vulgar. ¡Alto Halfgan! No des un paso más. La voz de Chake en el garage retumbaba y sin siquiera darme la vuelta, le dije que era un código rojo, no me podía entretener. ¡No es una petición Half! Me dijo haciéndome sentir el frío de un revolver en la espalda. Acudir a esa llamada sólo puede traerte desgracias, me dijo, invitándome a volver a la sala. Me giré lentamente y teniéndole a mi alcance con una rápida llave de aquellas aprendidas en los viajes con el cabezabuque me deshice de él. Me preguntaba que significaría esa pequeña intromisión en mis asuntos y ese comentario acerca de la reunión. Mientras conducía sobrepasando ampliamente el límite de velocidad hice una llamada a nuestros contactos en la oficina central de Bruselas, algo extraño estaba ocurriendo, pronto llegaría...
1 comentario:
Buenas
Me ha gustado mucho tu blog, jeje. Es muy interesante
Un Saludo
Jack The Ripper
http://www.verdaderaseduccion.com
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