1 de Agosto
Una vez me bajé en Atocha, me puse al lado de Sancho, recorrimos la latina from caña to tapa, una clara con limón, miré cara a cara a la puerta de Alcalá, observé los interminables caminos arbolados del retiro, me sentí Alatriste rodeando la plaza Mayor, espada en mano, sombrero de ala ancha, rondamos Chueca y nos pusimos frente a los reyes de la historia nacional.
Ya cierren los bares, peleen los chinos con los indigentes por un paquete de galletas, pase una bicicletada, cierre el metro y circulen los búhos, a quien le importa, nadie te mira, no eres diferente, no eres igual, todo el mundo es recibido con una asombrosa indiferencia. Madrid nunca para, te bajes o subas, camines por la Gran Vía, por Alcalá o Fuencarral, bajes hasta la plaza de España y te sientes al borde de una fuente.
¿Y de frikies? frikiesimo.
A la vuelta con un retraso de media hora en el vuelo, unos cincuenta grados bajo cero en las afueras del avión que vuela a tomar por culo de alto uno llega y le azota el viento de la tragedia. Un hijo de la gran puta en un momento de gilipoyez profunda decide quemar media isla, cuatro días de fuego incontrolado y le caerán entre 10 y 20 años, esta le saldrá barato, la próxima, igual repite.
Por otro lado también llegué a tiempo, dos muelas menos, unos puntos, un dolor de boca cojonudo y unos días a comer helado. De esta aborreceré los putos yogures.
Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.
Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid.
Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
pongamos que hablo de Madrid.
Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.
El sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid.
Cuando la muerte venga a visitarme,
no me despiertes, déjame dormir,
aquí he vivido, aquí quiero quedarme,
pongamos que hablo de Madrid
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.
Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid.
Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
pongamos que hablo de Madrid.
Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.
El sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid.
Cuando la muerte venga a visitarme,
no me despiertes, déjame dormir,
aquí he vivido, aquí quiero quedarme,
pongamos que hablo de Madrid
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