lunes, enero 01, 2007

Crónica de una juerga anunciada

Qué deterioro más importante llevaba ese hombre encima.

1 de Enero (de 2007)

Esta semana me enchufo las pilas,
cuarto menguante de rota garganta,
ni estrés, ni valium, ni coca, ni tila,
hoy, mademoiselle, carretera y top manta.

Me pido primer, me pongo en la fila,
venga otra foto, otro vodka sin fanta,
pónganle coto a la voz que se alquila,
canta mejor el que se desencanta.

Ni supermán ni calientabraguetas,
muerto de miedo debuto en Roquetas,
descumplo siglos en cada minuto.

¿Otra canción? La primera en la frente
de la baraja del buen delincuente,

ni humo de pajas ni alivio de luto.

Feliz año, feliz 2007 que por el ano hasta la mano te mete, que el enano maravilloso haga de vibrador en el móvil insertado en tu recto y demás felicitaciones corren en los primeros minutos de un nuevo periodo temporal que empezó tal y como los anteriores.

Para la ocasión el orgulloso frikigroup se enorgulleció de presentarles el findefrikie 2007 con actuaciones en vivo, streaptease y todo tipo de diversión. En el mismo momento en que el koala gruñía como un cerdo en televisión española se abrió la veda de estampida hacia el monasterio. Bien empezaba la noche al recoger a joselito de una esquina con dos putas, sitio bien elegido para la espera. A continuación Eruption designado como portero por ir vestido de pingüino recibía a todos los asistentes con una amplia sonrisa (y algo más) en la boca.

Poco a poco iban corriendo las primeras Franciskaner mientras los inviados llegaban como salidos de un cuentagotas. De una tacada princesita con la señora de Eruption irrumpían en la fiesta asustadas por la actitud un tanto autista a la par que pirómana de un chino y un López que como críos con sus primeras bengalas ejecutaban cada uno de los pertados sin pausa ni dilación, uno detrás de otro intentando armar el mayor escándalo posible con ideas descabelladas que estuvieron apunto de acabar con la paciencia de una inquieta esposa de eruption que por comodidad a partir de ahora llamaremos como la pianista.

Tras unos momentos de incertidumbre se incorporó el usuario anónimo número 1 que con su desparpajo y su uso especializado de una cámara fotográfica terminó de cerrar el círculo. Con ello discurso de un servidor que gusta de utilizar la palabra en público tras el descorche de la sidra (el gaitero famosa en el mundo entero) y el cava y brindis masivo a nuestra mala salud.

Finalmente para cerrar la etapa del monasterio prácticamente se finiquitó una buena botella de tequila dándo Maker Mackero buena cuenta de sus crímenes con la misma, ya sin saber lo que se echaba, sin capacidad de contabilizar los que se echaba y chupando de limón en limón. Mientras tanto el ala autista de la noche, ya sin petardos, se amuermaba encima de las sillas esperando juegos de nenas que no iban a llegar. La necesidad de buscar una justificación absurda para alcoholizarse es vacua en una noche en la que Maker Mackero podría haber acabado sin pantalones.

El hecho de que el estado generalizado fuera lamentable impusieron una mudanza encabezada por la pianista que, con una considerable chuza encima gritaba en busca de la música extraviada. No sabía que pronto sería ella la extraviada. Camino de un lugar dónde afincarnos pasamos por delante del miau al cuál a rubén y a mi nos ofrecieron entrar previo pago de 8€ por una consumición a la que, evidentemente, nos negamos. Es suficiente el que un lugar sirva como plataforma para encerarse bien el recto para que encima tengas que pagar por ello. Así y con la segunda llamada de una, tambien perjudicada, Lbeita aparecimos en el coyote, repitiendo en un deja vù la ruta del pasado año y abándonándola con premura por su escaso éxito.

La playa nos esperaba, las carreras y los apalancamientos hasta que la unidad muerma obligó a la rubita a llevarse a Maker Makero, que por sí sólo decía no ser capaz de llegar más allá de seguir abrazando las farolas. Nuestro estado es poco ético y la churrería, de churros madrileños bastante asquerosos, nos esperaba. Factura cara pero menos escandalosa que la de otros años y encaminamos a cada uno en su medio de transporte.

Y viene la gracia que una pianista se nos equivoca de guagua y acaba vagando por una jinamar peligrosa y solitaria en un estado de excepción, alarma y pánico para finalmente llegar sana y salva a cobijarse en su casa tras haber temido por su vida y habersele aplicado la extremaunción.

A modo de resumen, destrozado el monasteiro, alcoholizados casi todos o más bien todos los que bebieron, con el chino cudeiro y lópez en plena eferversencia de sus aptitudes más recordadas, las uvas bien comidas, el brindis bien hecho, los manices ingeridos y la noche, la mañana y el día completito para escuchar el concierto de año nuevo a manos de Zubin Mehta y destacar la participación de Lucía Lacarra en el Danubio Azul.


Todo lo que me he olvidado lo recordaremos en versiones posteriores

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