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viernes, abril 10, 2009

Sombras en el camino

El domingo hay que sacar la placa en procesión.

10 de Abril

Ya no encuentra las migas que le guiaban, el viento y las sombras han acabado con un antaño ya tenue rastro de vida. Arrastrando las cadenas del ayer comienza la danza de los besos perdidos, mantiene los sueños en una recámara desgastada en llanto dónde, más tarde, se sentará a recordar. Su mundo ha caido, los edificios no se tienen en pie, las ratas roen los desperdicios, engordando cada minuto, sin capacidad de saciarse.

Al otro lado del muro hay luz, se oyen risas, hay colores. No hay puerta, hueco ni rotura para traspasarlo. Corre kilómetros adentrándose cada vez más en la perdición, pero no hay paso. La furia golpea los ladrillos que se mantienen estoicos, viendo pasar lo siglos sin erosión, construidos por algún antiguo imperio de demonios.

Y mientras se cansa de amanecer, ganan fuerzas las sombras, se cierran sobre lo poco que podíamos ver, las nieblas cubren el camino. Al otro lado del muro hay luz...

miércoles, julio 09, 2008

Tercer aviso

Jamás duró una flor dos primaveras.

9 de Julio

Cada día el sol se pone más tarde en unos días oscuros, grisaceos, plomizos. El mundo tiene los ojos apagados, entre vendas y heridas superficiales se fraguaba la propia enfermedad, amarga y triste, fría como la nieve blanca, lejana como las estrellas de ayer, falsa como la crónica de los pueblos viejos.

Cada día un pequeño adiós marcado en el aire, los gestos de un impávido y maloliente lastre de las noches que sostuvieron tu aliento, una tierra que se muere con el pendón clavado en las entrañas y agitándose en el vacío. Y mientras los hombres juegan con los trileros de la muerte, buscando la bolita de una nueva mañana.

Cada día atravieso las calles de la ciudad, mirando la miseria fruto del viejo vicio, la maldición de unos labios sollozando por una caricia, de un suspiro por tus pulsos, de una mentira anclada en el simiente que te dio aliento. Puercos retozan a los pies de la estatua, vuelan tristes en sus descandos, atados por unos versos que jamás retornarán.

domingo, julio 06, 2008

Ciudad de Cristal

"Sobre gustos está todo escrito, sólo que TÚ no lo has leido"

6 de Julio.

Pamplonesas, pamploneses... ¡Viva San Fermín!

Haciendome viejo... hace unas semanas Aythami me pedía ayuda para la realización de un pequeño proyecto. Me parecía una buena iniciativa dedicarle un pequeño post con los resultados de su idea.



viernes, marzo 28, 2008

Dos viejos

Qué linda que estás!

28 de marzo

Siempre recordaba como, cuando el invierno llegaba a su triste ocaso y las largas noches se acortaban más que nunca a tu lado, me atusabas la irremediable cabellera mientras yo hacía que dormía acurrucado sobre tu respiración. Los labios me olían a tus besos, y la piel me sabía tan salvaje como la que te cubría elegante. Todavía se sentía tu presencia llenando el vacío de las goteras que me taladraban la mente. De mañana mirábamos cada uno esperanzado a su despertar, lleno de aquel viejo cosquilleo que propinaba en las entrañas mientras nos recorríamos lentamente, en nuestra casa, con nuestro día y nuestra noche, nuestra vejez alimentada de vidas pasadas.

Toda una vida entrelazados, con el aliento perdido, con las palabras entre dientes y el puño encerrado en el corazón extraviado por travieso. Recorrido el camino, muchos caídos quedaron atrás, muchos extraños de paso, muchos viajeros y muchos viajes, algo de tedio de entremedias, pero siempre, en todo momento, en todo instante en toda sístole y diástole, en todo movimiento, en resumen... tú.

sábado, febrero 09, 2008

El ilusionista y el sordo

Lo que pudo haber sido... y lo que nunca será.

9 de Febrero

Empuñando el alma, manteniendo la compostura a pesar de lo que te pidan las entrañas, revueltas por volver a ver. Sentado, de pie, caminando o conduciendo, con el móvil en el bolsillo soplándote lo que no quieres oir. Y una vez más te has puesto el traje de ilusión, desoyendo tus más profundos temores, intuyendo lo que será mañana, olvidando lo que fue ayer.

En la ventana queda el mundo, pasando una vez más, quizás sea la última para algunos, marchitas esas dilatadas venas a punto de estallar en un suspiro. Verde oscuro agitado parece el campo, grises y tibios los días. Te miraba y sólo veía tu vestido tan típico de la época precesora de la cuaresma, esta época que tanto odio.

En poco tiempo cabilaba acerca de un lugar que sólo crece en las nubes mientras caían rápidos los granos formando una estéril montaña. Se acabó, me diste la última noticia, me entregaste las últimas voluntades y las firmé, el pelotón miraba al vacío mientras calaban bayonetas, los ojos sin vendar y unos pasos con tacón retumbando sobre la nimiedad de los pensamientos.

Ni las promesas tras el esperanzador sonido del teléfono, ni su cruel voz tuvieron piedad.

Apuntaron.

Fuego.

domingo, febrero 03, 2008

El puto sol

-¿Eres bruja?
-Me carteo con el diablo.

-¿Alguna vez te han comido el corazón a mordiscos?

3 de febrero

Hacía rato que había caído la noche, las nubes ocultaban a las tímidas estrellas y la luna apenas asomaba. Bajaba sombrío en la ausencia del bullicio por nocturno, concentrábame en olvidar las eternas historias de pequeños duendes que martillean la campana de mis oidos y las luces comenzaron a deslumbrarme. Parpadeaban intermitentes clamando mi atención a la espalda y, aunque tardé en percatarme, acabaron centrando mi deshábito y, perdiendo el rumbo me desvié para atenderlas.

Pendiendo de la última espina de la rosa encantada que guardo junto al corazón, como alma errante que cabalga a lomos de una nube, abandonábame la razón en pos de nuevas locuras, ciegas de sentido. Dábame el hálito que permite vivir, sostiene los pasos en el largo camino de los besos, enarbola el sufrimiento de cada despecho, de cada encuentro, del lecho vacío y lleno, de la frialdad de las sábanas blancas y azules.

De brujas, de hadas, de duendes, de lo oscuro y lo oculto, de lágrimas y sangre, a navajas y espadas, no conviene que veas lo que va a pasar esta noche aquí...

domingo, julio 01, 2007

Desvaríos varios (III)

A principios del siglo XXI, la Tyrell Corporation
desarrolló un nuevo tipo de robot
llamado Nexus,
un ser virtualmente idéntico al hombre
y conocido como Replicante.

Los Replicantes Nexus-6 eran superiores
en fuerza y agilidad, y al menos iguales en
inteligencia, a los ingenieros de genética

que los crearon.

En el espacio exterior, los Replicantes fueron usados
como trabajadores esclavos en la arriesgada exploración
y colonización de otros planetas.

Después de la sangrienta rebelión de un equipo de combate
de Nexus-6
en una colonia sideral, los Replicantes fueron
declarados proscritos
en la Tierra bajo pena de muerte.

Brigadas de policías especiales, con el nombre de Unidades
de Blade Runners, tenían órdenes de tirar a matar
al ver a cualquier Replicante invasor.

A esto no se le llamó ejecución,
se le llamó retiro.

1 de Julio

Más viejo.

Última entrega de los desvaríos varios de G Vázquez

La vagina como boca a los infiernos

Por si algún yugo más podía faltar, el terco diseño de mi mapa genético me condena a no ver en este mundo criatura más hermosa que la mujer hermosa. Algo muy dentro de mí me hostiga con fuerza cuando se muestra ante mis ojos la perfecta arquitectura de un cuerpo femenino desnudo. Mi masculinidad animal, esencialmente depredadora como todas, me empuja a poseerlo y caso de no lograrlo, me duele. Así la Belleza es dolor si no la hago mía, y como Buckowski, no puedo ver una mujer bonita sin imaginarla en mi cama. Y como uno sólo consigue un pequeñísimo muestrario de toda la fauna femenina deseada (nos perdemos la mejor), padecemos de este modo tan cruel la eterna guerrilla entre Naturaleza y Cultura, porque la primera nos hace una ofrenda divina y la segunda nos la prohibe, o a lo sumo, nos la hace inalcanzable. La cultura y el orden reprimen así el natural impulso de violación universal a toda mujer hermosa. Se trata de una crueldad semejante a la que ataca al hambriento frente al escaparate de la pastelería.

Pero igual que estoy condenado a sufrir de por vida la incómoda presencia del cuerpo femenino hermoso, encuentro en él una falla colosal, una broma de mal gusto, una lacra perezosa que no ha seguido la fina evolución de la más sublime apariencia en el Sapiens femenino: la vagina, una encrucijada inquietante entre la Belleza y el Horror.

La primera vez que tuve a una mujer tendida en mi cama completamente desnuda yo era un niño y ella… toda una mujer. No había nada en aquella criatura que me hiciera pensar que no tenía ante mí el mejor y más sofisticado ejemplar de hembra humana que hubiese en el mundo. No me asusté, no, pero recuerdo haberme aniquilado su presencia majestuosa como un milagro que se abría ante mí… sin saber muy bien qué hacer. Ella jugó conmigo a gusto y yo, a gusto me dejé jugar. Creí entonces que la sexualidad era eso: una dulce exploración de cuerpos, una delicada armonía de curiosidades, un juego sencillo. Y el sincero goce de su maestría me ahincó para siempre en la idea de que mi pasividad debía ser mi papel para que yo disfrutara. Pero no. Aquella criatura no sentía lo mismo que yo. Enseguida reclamó su pasividad en silencio. Se tendió firme boca arriba y se abrió entera ofreciéndome como un regalo la mayor de sus intimidades, su vagina, que entonces se hizo más grande y poderosa que yo. Ya no era la mujer lo que tenía delante. Era algo que no era de este mundo, una puerta que dejaría atrás mi niñez de por vida. Sabía perfectamente lo que ella quería que hiciera, pero algo me detuvo. Me detuvo el Horror de una presencia tan espantosa.

Toda la armonía de su cuerpo, toda esa belleza objeto de mi deseo, llegaba en aquel maldito agujero a su fin. Allí acababa ella para abrirse el mismo infierno. La piel que yo había gozado, morena, tersa y perfecta, terminaba a las puertas de aquella siniestra caverna que olía fuerte, sabía peor y me arrojaba una y otra vez su naturaleza real, la de una víscera saliente por la que entraba yo en contacto con lo más pestilente y elemental de que está hecho el ser humano. Si abrimos en canal a la mujer más hermosa del mundo, nos daremos cuenta de lo tremendamente engañosa que es la percepción. Donde antes habíamos visto Belleza, veremos Horror, y hablamos del mismo cuerpo, que no se ha movido: simplemente nos ha abierto la puerta a la verdad que la piel nos esconde. Pues el coño no esconde nada: lo exhibe sin ningún pudor estético.

Aquel cuerpo cavernoso era todo menos hermoso. Claro que comí y bebí de él. Cómo no hacerlo si mi cabeza era ya una pelota a su capricho. Y me pareció ver en aquellos instantes interminables los intestinos, los epitelios, los jugos gástricos y todo un océano de vísceras y sucios humores que la naturaleza tuvo a bien esconder bajo la piel. Pero no. El coño tenía que ser la misma puerta del abismo. ¿Dónde quedaba la placidez del contacto carnal? ¿Dónde los besos? ¿Dónde su rostro angelical? ¿Cómo podía fallar aquel cuerpo exquisito en una monstruosidad semejante? Pues fueron días los que mis dedos estuvieron impregnados del mismo fuerte olor que me devolvía la nevera en casa los domingos de resaca al ver aquel pescado seco que ni remotamente quería yo cocinar. Tras tirarlo a la basura, sí, mis dedos olían igual. Y llegué a la conclusión de que el primer pene, el pene de Adán o el pene del mono, qué más da, debía ser un besugo o algo peor. “Ereh un poco… cooochinilla” , le decía el cabronazo del Tony Leblanch a la pobre niña, que a lo mejor se había aseado ese mismo día pero sus braguitas de Piolín la delataban sin piedad. Pero no a ella, sino a la sucia traición de la Naturaleza sobre todo su género.

Cuando veo la fotografía que se calza el compañero fabri oberto, la mejor de cuantas cuelgan por aquí, no puedo evitar imaginar que el coño de la niña es tan hermoso como ella. Y nada más falso que esa inercia mental que conduce al hombre a pensar que la parte oculta del cuerpo femenino es precisamente la culminación a tan hermoso juego de curvas. Mentira. Su coño es tan feo como todos. Si la belleza femenina responde a algún tipo de uniformidad y armonía, lo siento, el coño la rompe por completo. No tiene ninguna relación con el resto. La misma boca es más hermosa que el coño: la lengua y los labios humillan estéticamente a esa vulva abierta y cavernosa de apariencia similar a los moluscos y crustáceos, de esos que tanto asco da comer vivos, y eso que no huelen. Que alguien me diga entonces si no es el coño una cicatriz que la naturaleza olvidó cerrar, una herida que está abierta exhibiendo el lado más oscuro de la belleza femenina. Creo que la mayoría de los hombres no se aperciben de esto por la nube depredadora que les embriaga en el momento sexual. Creen que todo es comestible. Que toda ella lo es. Y seguramente sea así. Pero todo ese arrebato animal no puede ocultar ni la cruda fealdad del coño ni el vergonzoso abandono de las facultades mentales a que el sexo obliga. Raro es el veterano casado que pretende seguir paladeando el mismo pescado, quizá porque los años, que todo lo aclaran, le devuelven una verruga donde antes creían ver un bonito lunar.

Me gustaría saber a cuántos de vosotros os excita más la visión de una felación que la de un cunnilingus. La nula sensibilidad del porno apoya mi tesis cuando arroja una y mil veces esos primeros planos que exhiben la apertura salvaje de los labios vaginales e incluso la caverna del esfínter. ¿Ha de excitarme ese atentado visual que poco o nada lo separa del Gore? Porque no consigo ver entonces más que una víscera abierta, un higadillo externo, una palpitante membrana bajo la que hierve la sangre y las venas parecen querer estallar. En El imperio de los sentidos hubo que frotar con sal el miembro del protagonista para conseguir aquella rojez infame. Pero en la vagina, la rojez, la sangre, la oscuridad visceral, es natural y, a mi juicio, nada erótica, nada hermosa. Por no hablar de la intensísima rojez de las negras. Creo que no se puede comer algo así sin sentirse literalmente un vampiro.

Se comprueba entonces que la Naturaleza ha gastado una broma pesada: el desfase colosal entre la sublime belleza del cuerpo femenino, algunos de cuyos rostros parecen a veces el mismo rostro de Dios, y su intimidad más sagrada, evolutivamente anclada en las eras remotas de la vida anfibia cuando quedaba separada ésta del mundo exterior por frágiles membranas semejantes a las paredes del coño. Creo que uno no es consciente del origen mismo del ser humano hasta que no se adentra por completo en el sexo de una mujer, un fósil que ha llegado increíblemente vivo hasta la actualidad.

De acuerdo: puede que esto descuadre la visión de muchos. Pero ser esclavo de un pensamiento vívido, continuamente agitado, te perturba con estas cosas, te importuna con una crueldad exquisita donde debes actuar de forma estúpidamente natural, con una mecánica ciega, y sufre uno así de graves alucinaciones morales que no por extrañas dejan de ser ciertas. Una parte de la Psicología explica la neurosis como la prevalencia de la vida psíquica sobre la vida material. Maldita sea entonces. Porque esta macabra agudeza sensorial me conduce en ocasiones a ver demasiado claramente la verdad material de las cosas. Y la verdad que yo veo es que el coño es feo de cojones.

De todo esto que he escrito, tan sólo lamentaría una cosa: que cada vez que fuerais a comeros un coño, algunos, los más sensibles seguramente, os acordaseis de mí. “Vaya un coñazo”, dirán algunos. Pues ¡hala!, a disfrutarlo.



viernes, junio 29, 2007

Desvaríos varios (II)

Dile que se saque el carnet de tranvía.

29 de Junio

En un día cerrado recupero el segundo de los tres textos de la saga desvaríos varios del gran G Vazquez.

Odio follar

Anoche, al no haber jornada NBA, anduve cuco y aproveché para dormir acompañado, como Kobe en Colorado, que así mismo fue como acabé yo. Además de servirme la velada para comprobar que falta me hace ya cambiar de colchón y reducir el puto tabaco, terminé por confirmar algo que ya intuía hace tiempo: que esto de follar es otra tortura más al ciudadano, y ni siquiera el asunto me sirvió de terapia para largar este humor que me arrastro y que, la verdad, ya no sé de dónde me viene.

La niña en cuestión, agua mansa de día, fuego salvaje de noche, debía intuir mi pulsión pastoral porque no apostaba ella por nada que no fuera el aburrido “misionero”, que está bien para empezar pero pronto se te baja todo por anodina mecánica, que se siente uno el pájaro carpintero con lo bien que está eso de doblar la almohada y hacer de tronco. En fin, el caso es que el modus de la niña era muy singular y no el primero que veía así. Llegado su momento te apretaba frenética contra ella con una fuerza descomunal. “Jo, baja, baja” –para el beso pensaba yo. Pero no. Ni beso ni leches; si hasta me retiraba la cara como autista haciéndome ver que se quedaba solita como muchas acostumbran en plena faena. El caso es que en ese preciso momento que es más suyo que tuyo, donde te hacen sentir como un consolador con extremidades, ésta te atrapaba como una araña. Sus manos y piernas te apretaban la zona lumbar contra su pélvica hasta el punto de no dejarte mover, de que simplemente no te permitía, así pensé yo, follar. Era una sensación extraña: te sentías como anulado, sin autonomía, un objeto a su capricho, y la cosa se ponía difícil cuando al buscar mi legítima ración de fricción y meneo terminabas cargando con todo su cuerpo arriba y abajo como un parásito gigante, porque no se despegaba, y claro, no soy yo Terminator y la sangre se me escapa vilmente a otros músculos lejos del que interesa. El resultado era desolador.

-Joder, que me atrapas y no me puedo mover.
-¿Qué?
-Que me atrapas y no me puedo mover, que no te puedo follar así, que parece que me quieres meter entero.
-Qué dices tío, que no me habían dicho nunca eso.
-Bueno, pues te lo digo yo. Que no me dejas echarte el polvo.
-Ja, pues lo que es tu casa está bien llena. Serás tú que no sabes…
-Bueno, lo que faltaba.
-Venga, tonto. Anda, ven aquí. Pégate a mí.
-¿Más todavía?


Un dialoguillo de estos en plena faena actúa como el triste descabello: el animal se viene abajo y, al rato, ya estaba yo en otra historia, procesando lo ocurrido, que no era cosa nueva.

-Jo, me enfriao –me dijo- . Me fumo un cigarro, ¿vale?
-Venga, va, que luego parece que me lo hago con un Chester.
-¿Se puede saber qué te pasa? Vaya humor, tío.
-Que no, fuma, fuma.
-¿Qué haces? ¿Adónde vas?
-Espera un poquito, coño. Mira, esto es el Foro
–porque pa’ vicio éste- que es un sitio maravilloso donde bla… bla… bla… y rebla…
-Qué rollo.
-Joder con la niña.
-Pues no querrás que me ponga ahora a ver un ordenador, ¿no?
-Oye, ¿no era un cigarro lo que te ibas a fumar?
-Bueno, qué más da, me fumo esto… y así seguimos luego, ¿vale, tontíííín?
-Vale, vale, pero espera, espera, cooooño, sal de ahí, qué prisas…


Ya no es una cuestión de esta tierna generación de niñas, frescas y atrevidas, que da gusto, de verdad, la facilidad y el nulo prejuicio. Menos mal que ya quedó atrás tan absurda represión. No. Se trata de una cuestión más profunda (sin coña), porque a la reanudación, la muy traidorzuela, tomó tan en serio mis palabras que juro habérmelo hecho con un muerto. Ahora no ponía ella ninguna fuerza y me obligaba yo a forzar la máquina, que ya iba uno dolorido y cargadito, hasta un punto donde ya nada me separaba de un mero violador.

-Oye, bonita –le dije ya entonces con toda mi mala baba-, ¿por qué no te haces otro mientras?

Pero bueno: ¿tan difícil resultaba un acoplamiento natural, una sencilla armonía? Pues a eso de las cinco de la mañana, mientras ella roncaba a braga suelta y a mí me dormía la vela, llegué a una conclusión, cómo no, malsana. A los 30 el muestrario es más que suficiente.

Además de por la violencia –que acertaba Bell- vivimos en un mundo irradiado por una sexualidad terrorista. Tetas y culos comerciales nos bombardean por doquier animando la libido constantemente. Decía Freud que el hombre piensa –consciente o inconscientemente- unas 12 mil veces al día en el sexo. Pues si levantara la cabeza tendría que ajustar la cifra al IPC. Lo verdaderamente triste de este Capitalismo Fálico es verse obligado el joven actual a embutir su sexualidad al molde imperante, que no es otro que el de la basta y burda pornografía. Sí, sí, la pornografía. Decidle a un joven de 16 años a ver qué sexualidad ha visto. Pues la misma que todos vemos porque no hay más.

La consecuencia más nefasta de todo esto es que el hombre, a la larga, se ve abocado, además de al “Cumple, cabrón” , a una injusta y cruel Sexualidad del Rendimiento . El intercambio ocasional de sexo en el mundo de hoy reclama a un hombre capaz de conducir a la mujer, entre presa y reina, al paraíso de lo multiorgásmico y directamente imposible. Que no me hablen de preámbulos, caricias, ascensores, susurros y demás parafernalia erótica. Que la sexualidad es más que nunca hoy una mera genitalia activa cuyo peso recae a plomo sobre los hombros del hombre. Y claro, los laboratorios se forran con la Viagra (esos sí que se empalman con el negocio), que a este paso, nos mutamos todos en un pene con ojos para continuar cumpliendo los designios de la pantalla, la publicidad, el cine y la madre que los parió a todos.

Follar, antes palabra tabú y ahora mezclada con la saliva, es un verbo transitivo que, lo queramos o no, implica un agente y un paciente. La misma arquitectura de lo genital es complementaria: indica que hay que llenar el hueco inerte con la criatura viva. Pues ahora resulta que ese hueco inerte ha cobrado una vida inusitada como un monstruo cuya boca no se ve saciada más que con otro monstruo.

Qué curioso: puede que a lo largo de la Historia, la Cultura sexual haya sido injusta con la mujer, pero estoy seguro que la Naturaleza lo ha sido con el hombre: nuestro orgasmo no es más que un flojo estornudo, uno solo, que has de sudar siempre, a la caza y en pleno festín. El hombre alcanza su plenitud como a los 20 y bajando. La mujer a los 36 y subiendo. La mayoría de las drogas, para colmo, actúan como potenciadores en ellas y como inhibidores en ellos. Así, algunos desgraciados tiran y tiran de alcoholazo toda la noche para desinhibirse sin saber que lo que están inhibiendo de veras es la herramienta, y claro, luego plof. Por no hablar de los imbéciles de la farlopa, que les puede dar una arritmia del esfuerzo insensible y a ellas también, pero de sumo placer.

¿Pero qué va a pensar ese chaval de Aluche, hombre? Si luego te llevan a Crónicas al simio de Nacho Vidal (“Yo he estado dándoles más de una hora seguida a tres”) o el picoleto del Antonio David se marca un “Seis en una noche a la Bermúdez” (ya serían tortazos, gilipollas) o los Chamberlain, Magic, Kluivert, Beaty o Clooney de turno, los dioses de hoy, contándoselas a miles. Idos a la mierda todos, hombre, que somos personas normales, que a lo mejor un día nos toca el amor y tenemos suerte de encontrar la armonía. Mientras tanto, no habremus más que una futura generación de neuróticos sexuales a los que la industria del sexo nos lo hace digerir en cantidades y modos industriales. Del manda huevos al manda coño, qué más da, el caso es hacer del Sapiens un mero Genitalis.

Tenía yo un amigo muy bruto que me decía:

-Si yo fuera tía estaría todo el día tocándome las tetas y el coño.
-Pero qué bestia que eres. ¿Pues no tienes tú lo tuyo para jugar?
-Ya, pero no veas cómo acabo a veces con el brazo. Y todo pa’ un segundo.


Ahora resulta que va al gimnasio para ser como los de las películas, no sea un humano normal que a veces falla follando y por lo visto, no debe haber mayor mefafísica humillación masculina en esta vida que ésa. Con lo que a mí me gusta susurrar a la mujer a oscuras mientras se queda dormida en tu regazo. Más de una se me quedó dulcemente dormida por puro aburrimiento chupando y chupando, pero ojo, chupando NBA a porrillo, que es lo que se viene a hacer a mi casa.

Y a la mañana, cuando las nubes cantan y el pajarillo se levanta, cumplía, hombre, que por mucho que diga, al final, pues eso, si hay que cumplir pues se cumple... mientras se pueda, que uno no es Superman ni puta falta que hace.

miércoles, junio 27, 2007

Desvaríos varios (I)

El otro día me encontré con su puta madre por la calle, a la cual reconocí por la cara de golfa que exhibía. No pude evitar cogerla del brazo, arrodillarla ante mis pies y sacarme la verga para mostrársela bien de cerca. Ocurrió entonces que sus ojos adquirieron unas dimensiones del tamaño del plato en el que usualmente come mi perro.

27 de Junio

Cómo seguimos en plena época preestival, también conocida como agarrate los machos que vienen duros, rescato una serie de relatos de G Vazquez, muy buenos todos ellos.

Las nuevas putas

Apenas unos minutos después de tirar el plato a la mierda ante la exhibición sin tapujos de aquellos despojos humanos mutilados en Irak, me aparecía en el mismo Telediario una señorita de muy buen ver que susurraba no sé qué de un tío famoso que le rascaba la entrepierna cuando la esposa de éste andaba lejos. “Todo al mismo plano, Gonzalo, todo” , me explicaba un profesor en la Facultad la narrativa simple de un informativo. Pero es que aquella mezcla insólita era ya el colmo.

Y al cabo me enteré que la chica ésta se llamaba Rebecca, y por la noche, tonteando al descanso de un partido, me agencié ese nombre como nick en un chat y de inmediato me vi bombardeado por una horda de privados a cada cual más baboso. A lo peor se pensaron que era yo esa tal Rebecca Loos, sí, esa era la señorita del Telediario, una zorra versión europea de Mar Flores que si ya antes parecía vivir bien con la pasta por castigo, ahora tiene más (que se la rifan, oye), y por si algo faltaba, la TV holandesa se rinde a sus pies y le dan todo un programa para ella solita – Shownews - con un contrato de auténtica estrella.

-Mamá, quiero estudiar Periodismo y salir en la tele.
-Anda, tonta, si pa’ eso no hace falta estudiar y calla que no me dejas oír
.

Hace tiempo que el mensaje para una parte del sector femenino, uno joven y ambicioso, parece ser éste: “Chicas, abrid vuestro corazón –el de la pulpa imagino- a toda bragueta azul” . El caso es que abundan por institutos y coloridas habitaciones revistas que repiten hasta la saciedad temáticas del tipo Cómo follar con la regla o Cómo hacer gayolas a tu novio de 12 años o Bisbal se lo quita todo o Cómo llevártelos al huerto o Cómo perder la virginidad sin traumas o directamente Cómo conquistar a Beckham . Y hojeando la niña su biblia, entre pitos y flautas, coge el mando –que no veas qué arte tienen algunas ya en agarrarlo- y la tele le inyecta al cerebro su diaria dosis de Aidas, Lolis, Bermudes, Belenes, Pené-Lopes y demás guarrillas, que como ella, serán del barrio de Usera, y por mucho pote y arreglo que las pongan –que no lo tienen-, seguirán teniendo la misma cara de putonazo que un día se les pegó con los primeros balbuceos parlantes y los años y su bocaza, arriba y abajo, no harían más que confirmar.

De un modo aséptico, ya ni siquiera subliminal, el oficio más antiguo del mundo se socializa con una nueva y amoral cosmética chic , popularizada y glorificada en pantalla, que recuerda al cambio del euro: nunca se produce a la baja (70 kilos se embolsó la Loos). Más allá del adoctrinamiento prematuro –mejor cuanto antes- y del sexo a granel, nada gratuito, a estas nuevas putas se las hace cuerpo sin más, como una hostia que es de todo menos sagrada, como una hostia pagana. “Paga ná” , le dice la puta pobre al nene rico pero en realidad no lo hace más que “pa’ ganá” . Y ésta parece ser la forma más rápida y segura no ya de hacer dinero, sino de dar un brinco en la pirámide social y situarse en esa altura que antaño difícilmente se conseguía sin una contrastada excelencia, inteligencia o esfuerzo. Este último valor, el esfuerzo, es, de todos, el primero en jubilarse. “Aprenda inglés sin esfuerzo” o “Hasta 3000 euros en menos de 24 horas. Sin explicaciones, sin esperas” . Pues no tiene uno que chupar horas y mierda para atrapar ese fajo. ”Diviértase aprendiendo francés” . Ahora lo cojo, claro.

Viendo los anuncios de la tele, a lo mejor es que los nuevos “creativos” se piensan que además de regalarnos el cochazo nos podemos follar a la rubia –originales son un rato- que, aunque parezca mentira, es menor de edad, calza ya goma en las tetas y ha llegado ahí por méritos propios (o quizá ajenos como algún narrador NBA). Claro que los padres de la niña, cuando ven el anuncio, ni la reconocen, que ellos saben que salió del pueblo a estudiar y anda haciendo carrera, cuenta su madre con orgullo a las vecinas, en la Computense de Madrí. Anda que no está el Paseo de la Habana plagado de universitarias de alto standing , que menudo caché… y menudo cachazo se gastan algunas. A ver si nos creemos que sólo son las que salen por la tele. A una que venía de Segovia, más viva que el hambre, conocí yo hace algún tiempo y me decía:

-Pues no está mal ganarse un dinerito mientras estudias.
-Joder un dinerito. Bueno, y a todo esto, ¿qué estudias?
-Bellas Artes.
-Ay, claro, tonto de mí. Y… al Derecho ¿también le pegas, no?
-¿Eh?


Luego me enteré de cómo aprobó la niña la Historia del Arte, y es que con tanta cama y poca clase, sólo apruebas lo segundo de la asignatura. Lo primero es otra historia. Y claro, entre unas y otras, cómo va a ligar así ese chaval de Aluche que quiere ser futbolista pa’ follar gratis y anda enganchao toda la noche al Canal 7, sin un puto duro en el bolsillo y tajao los findes con garrafón del caro. Oye, que el garrafón es legal aunque te parta el estómago en claro atentado contra la Salud Pública, pero el botellón no, que es muy barato y no hacen negocio los hijos de **** de los Pubs, en claro matrimonio con los inspectores públicos que todos pagamos para que nos envenenen bajo techo y con otro garrafón casi peor, el musical. Ahora, para atentado de verdad los cartelones esos grandes en mitad de la carretera con una tías que te cagas –otra vez los “creativos”- que yo no sé cómo no nos rompemos todos la crisma, aunque digo yo que será para agradecer los atascos, que decía el alcalde que no los hay en su Madrí olímpico y, la verdad, los hay hasta en el Metro, y es que claro, usted no podía verlos con las lunas tintadas del Coche Oficial cuando nos hacía apartarnos a todos por la Gran Vía a 90 el semáforo en rojo.

Atascos y trabas son los que no encuentran todas esas “nuevas petardas” para cocer a fuego rápido la vieja fórmula culinaria de la carne y la pasta . Y me viene a la cabeza la Berkeley de Showgirls chupando la barra, a más dólares cuanto más arriba llegara y más brilante la dejase, porque no es lo mismo chuparla en Butarque que en el Bernabéu, donde además de los Zidanes brillan los Pivones.

Y no como en Montera, la de las putas de siempre, que no saben del IPC y la siguen comiendo por la misma miseria a puretas y borrachos cada vez peores, que ves al taxista parado en el atasco oteando el panorama para ver la que se calzará a la noche, y el palillo mondadientes hace de flecha para saber, si te toca ser el estafado que va dentro, cuál será la desgraciada. A última hora llega el maromo, el macarra, el chuloputas que cada una tiene, dicen que de protección, y que no le escamotee la otra un pavo que la arrea pero bien. Anda que no he visto yo tortazos saliendo de la sala Sol a las mil y una. ¿Pero cómo van a denunciar nada si la policía ya las conoce de sobra? Esas no, esas no saben de progresos porque no tienen ni tele ni bragas de recambio ni gomas que poner, ni al cliente ni en las tetas (como las de Interviu). Lo suyo es grasa de bellota ibérica y latina Salsa Rosa (pero sin luces ni pasta). Las del Este, será por el hambre, vienen más flacas y pálidas. Por no tener no tienen ni donde ir, ahora que las han echado de donde venían, a la calle, y es que esas molestan pero las de la tele no. Y ahora las pobres, que éstas no salen en las revistas, se largan a los solares en obras de Las Rozas o Majada, controlados por juretas que entre rato y rato las advierten: o se pringan un poquillo ( ”Una limpiecita de porra… que sabe a yogur” ) o se encargan ellos mismos de botarlas… otra vez a la calle.

Mira que no tomar la jovencita de hoy el ejemplo de la Leti, porque, para pulcra y lista ella, oye, qué requetelista la asturianuca, y qué formal y qué fina. Anda que iban a saber cuando salió del pueblo, así como flaca y poca cosa, pero eso sí, con la misma cara de reviva que siempre. Eso sí que es carrera y lo demás ni pole . De estudiante a Princesa. Deberían de poner más príncipes, que ya verás cómo reducían el paro femenino y la violencia doméstica. Desde luego que, con lo alto que nos ha salido el Felipe y pasado por Georgetown recién saliditos Mutombo, Mourning y con fotos de Ewing por todos lados, ya le podía haber gustado un pelín el basket, coño, que ya veríais cómo no sufriríamos ninguna “ventanita” de esas como si fuera éste un deporte de Windows. Tendríamos Baloncesto hasta por los balcones y más caros que los del día 22, que ya andan a kilo y medio por Mayor y Bailén. Ahora, eso sí, Montera y la Tele quedarán bien aseaditas ese día de putas y demás nueva nobleza.

A la chavala de Aluche, con este panorama, se le abre –con todo su mal sentido- un futuro lleno de alternativas, mejor cuanto más buena esté y menos repare en escrúpulos, pero lo que es al chaval del mismo barrio, el Canal 7 y papel higiénico, y a los indígenas que ahora lo pueblan ni eso: el ecuatovoley del parque y la papa de los domingos, que vaya mal vino que tienen. No me extraña entre tanta mierda. Serán los chinos que también rellenan las botellas y me cambian la caducidad de los huevos cuando se me ha hecho tarde y no me queda otra que comprarlos allí. Mal vino ellos y mal vino todos y mal vino el día que vino aquí, porque vino de Guatemala y se metió en…

Si es que hay cosas y países que no cambiarán nunca más que a peor.