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sábado, abril 19, 2008

Amor, etcétera

Tienes pajitas?. No, porque tú no quieres.

19 de Abril

Hace unas semanas me terminé de leer "Amor etcétera" de Julian Barnes (Publicado en Compactos Anagrama). El fragmento que pongo a continuación no pertenece a la línea principal de la trama pero me llamó la atención.

"(...) Decía que para los anglosajones el matrimonio se fundaba en el amor, lo cual era absurdo porque el amor es anárquico y la pasión está condenada a extinguirse, y que eso no era una base sólida para el matrimonio. Por otra parte, decía, los franceses nos casamos por razones sensatas, racionales, de familia, porque a diferencia de vosotros admitimos el hecho necesario de que el amor no cabe dentro de la estructura del matrimonio. Por consiguiente, nos hemos asegurado de que sólo exista fuera de él. (...) Él era inglés, estaba casado, los dos estábamos en nuestro... no, esto es mi secreto. Llevaba casado..., bueno, muchos años. Al principio la cosa iba de sexo. ¿Te escandalizas?. Siempre va de eso, digan lo que digan. Oh, se trata de poner fin a la soledad, y de gustos comunes, y de hablar y hablar, pero en realidad se trata de sexo. Decía que al cabo de tantos años haciendo el amor con su mujer, el acto se había convertido en algo como conducir por un tramo familiar de autopista, cuyas señales y curvas conocía al dedillo. El símil no me parece especialmente galante. Pero habíamos acordado -como suelen hacer los amantes, con una especie de ingenuidad arrogante-, decirnos mutuamente sólo la verdad. (...) Había venido a pasar el fin de semana (...) cuando llegó le dije que necesitábamos ir de compras. Fuimos al Waitrose, aparcamos el coche, cogimos el chariot -el carro-, hablamos de lo que yo iba a cocinar, llenamos el carro, metí dentro diversas cosas que me harían falta para cuando él no estuviera y pagué con mi tarjeta del supermercado. Cuando subimos de nuevo al coche vi que estaba súbitamente deprimido. No se lo pregunté, al principio no, aguardé a ver lo que hacía; en definitiva, la depresión era suya, no mía. Y él era un héroe, porque también comenzaba a amarme, y es entonces cuando el heroísmo es posible. Me refiero al heroísmo de luchar contra tu propio carácter. (...) "Le pregunté por qué se había deprimido de golpe en el supermercado. Y se le volvió a ensonbrecer la cara y dijo 'Mi mujer también paga con una tarjeta del Waitrose' "

El libro está bastante bien, es una novela narrada en forma de documental, con entrevistas con los protagonistas y en la que los personajes se van definiendo a medida que avanza la obra.

domingo, agosto 05, 2007

Mujeres

Más de un hombre bueno acabó en el arroyo por culpa de una mujer

El amor es un espejismo

5 de agosto

Mujeres de Bukoski es la última novela que he deborado. De fácil lectura, no muy largo y bien estructurado, en la novela el último de los escritores malditos se refugia en su álter ego Henry Chinanski para relatar de forma brutal sus correrías con innumerables mujeres. El día a día de un escritor borracho y adicto al sexo se describe minuciosamente sin escatimar en detalles e intercalándolo con reflexiones inteligentes.

Un último extracto del libro:

"Cuando me corría sentía como si fuera en la cara de todo lo decente, blanca esperma resbalando por las cabezas y almas de mis padres muertos. Si hubiera nacido mujer seguro que hubiera sido una prostituta. Como había nacido hombre, anhelaba constantemente mujeres, cuanto más guarras mejor. Y sin embargo las mujeres, las buenas mujeres, me daban miedo porque a veces querían tu alma, y lo poco que quedaba de la mía, quería conservarlo para mí. Básicamente deseaba prostituras, porque eran duras, sin esperanzas, y no pedían nada personal. Nada se perdía cuando ellas se iban. Pero al mismo tiempo soñaba con una mujr buena y cariñosa, a pesar de lo que me pudiera costar. De cualquier manera estaba perdido. Un hombre fuerte pasaría de ambos tipos. Yo no era fuerte. Así que continuaba bregando con las mujeres, con la idea de las mujeres."

Los interesados pueden encontrarlo en la colección compactos anagrama.